Tu sublime figura, oculta en sensuales sombras recatadas y oscuras, despierta mis bajos instintos y borra todo rastro de cordura.
Encontré en ti la respuesta a mis preguntas, el final de mi búsqueda a resultas, el balance en una vida de penurias y ciega furia, la tranquilidad en el frenesí de mi historia y la calma dulce, nunca más transitoria.
Dualidad no es contrariedad. Es equilibrio. Razón y corazón.
Muy buen trabajo.
ResponderEliminarZamir.